Le 04-03-2018
Comunicado de la Coordinación europea por la salida de la Unión Europea, el euro y la OTAN
El CETA (tratado entre el Canadá y la Unión Europea) no debe ser ratificado por los Estados miembros de la Unión
Movilicémonos para obligar a nuestros parlamentarios a votar no al CETA
Basta en efecto que un Estado miembro de la Unión Europea vote en contra para anular ese tratado extremadamente perjudicial para nuestros agricultores y nuestras granjas, para la salud de nuestra población, para nuestros empleos, para el medio ambiente en términos de la producción de gases de efecto invernadero y para la democracia.
La agricultura en peligro
Con el aumento de la cuota canadiense de carne bovina, el impacto del CETA sería suficiente para precipitar, aún más, a los productores de carne bovina en una muy grave crisis. Decenas de millares de empleos serán suprimidos (criadores, sacrificio, etc.) y evidentemente las consecuencias serán idénticas para la granjas de carne de cerdo.
Agravación de los riesgos sobre la salud de los ciudadanos
Los productos provenientes del Canadá no están sometidos a las mismas reglas sanitarias que la producción de ciertos países europeos. Su consumo presenta reales peligros para la salud de cada uno de nosotros.
Consecuencias sobre el empleo
De una manera general, la apertura de las fronteras se traduce en un alza del paro de los empleados en los sectores en competencia, lo que obligará a los trabajadores a aceptar salarios más bajos y en condiciones de trabajo más deterioradas.
El CETA degrada el clima y acrecienta las emisiones de gases con efecto invernadero
En Francia, una Comisión de expertos, diseñada e implementada por Emmanuel Macron, ha reconocido que "el gran ausente del acuerdo es el clima, y afirma que el impacto del CETA sobre el clima, en materia de emisiones de gases con efecto invernadero será negativa. El petróleo obtenido de las arenas bituminosas es uno de los más sucios del mundo. El proceso de extracción es complejo y de los más contaminantes. El metano, del cual el efecto invernadero es al 20 veces más potente que el Co2 y el dióxido de azufre, responsable de la “acidificación” de los lagos y los bosques, se libera en el aire durante el proceso. Resultado: la extracción de un barril de petróleo de las arenas bituminosas genera 3 veces más de gases con efecto invernadero que la producción de petróleo "clásica".
El CETA desprecia la democracia
El proceso democrático es amenazado por dos nuevos mecanismos instituidos por el CETA. De una parte, con los tribunales de arbitraje, que son una privatización de la salud de la justicia, desafían la capacidad de los Estados para legislar y verse condenados a desembolsar indemnizaciones colosales a las multinacionales. Por otro lado, los diferentes procesos de armonización de las normas que negociaran las administraciones canadienses y europeas a cargo del comercio influirán en las normas sanitarias, industriales y del medio ambiente. Tales instrumentos estarán igualmente a la disposición de los intereses de las grandes empresas que se servirán para influenciar en los electos a nivel local, nacional y europeo.
Si, debemos hacer todo lo posible para que los parlamentarios y los gobiernos no ratifiquen este tratado.
¡Hacemos un llamamiento a los parlamentarios a votar masivamente no!
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